martes, 31 de julio de 2018

EL MISTERIO DE HANGING ROCK (TV)(2018)

SINOPSIS
Remake televisivo del clásico de culto del cine australiano sobre la misteriosa desaparición de una profesora y tres jóvenes internas de una escuela de señoritas en el día de San Valentín del año 1900. (FILMAFFINITY)

OPINIÓN
Una forma un tanto extraña de contar una desaparición, con un toque de elementos fantásticos. Me ha gustado.

domingo, 29 de julio de 2018

HASTA EL ULTIMO HOMBRE (2016)

SINOPSIS
Narra la historia de Desmond Doss, un joven médico militar que participó en la sangrienta batalla de Okinawa, en el Pacífico durante la II Guerra Mundial, y se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso. Doss quería servir a su país, pero desde pequeño se había hecho una promesa a sí mismo: no coger jamás ningún arma. (FILMAFFINITY)

OPINIÓN
Una de guerra y acción. Las escenas de la batalla son brutales. Aunque el rollo religioso y objetor de conciencia no me molan, pero es admirable que alguien así haya existido en realidad.

sábado, 28 de julio de 2018

PARIS ETC (TV)(2017)

SINOPSIS
Cinco mujeres. Y París. Cinco formas de ser, de llorar, de gritar, de reir, de perder el bus, de aguantar, de llegar al orgasmo, de no llegar, de beber demasiado, de crecer, de resistir, de tener hijos o no tenerlos, de no tener ganas de volver a casa... Cinco formas de amar. Cinco heroínas cotidianas que atraviesan París, desde el inicio del curso escolar hasta las vacaciones de Navidad. (FILMAFFINITY)

Critica en Cosmo

OPINIÓN
Ha sido encantadora. Cada una de las protagonistas es diferente y especial a su manera. Y me he sentido identificada con cada una de ellas en diferentes momentos. Mujeres adultas, con problemas reales, que manejan su vida cotidiana pero  luego cada una es diferente en su interior y se enfrenta de forma diferente a las situaciones.

Un espejismo


Hace dos meses conocí a un chico. 

No iba a contar nada porque la cosa estaba en marcha y yo me sentía a gusto viendo como iba. Pero ya se acabó. Y como otras veces, este blog me vale como vía de escape. Estuve en un curso en el que decían que la preparación por escrito es importante, que te obliga a pensar las cosas tres veces: cuando las piensas, cuando las escribes y cuando las lees después para ver lo que has escrito. Ahora me doy cuenta de que lo que hago en este blog es algo así. Analizo, concreto, pongo por escrito y me ayuda a seguir y pasar página.


Como decía, nos conocimos hace dos meses en una de esas aplicaciones de citas en las que estoy apuntada. Al principio no me llamó la atención, la foto era un poco de chulo de discoteca y en su perfil decía que buscaba una relación seria. No era lo que yo buscaba. Pero empezamos a hablar, nos caímos bien. Me dijo que en realidad no sabía bien lo que buscaba, que se había apuntado porque le había comentado una amiga. Nos conocimos un viernes y el sábado me llamo por teléfono. Me quedé congelada, yo iba en el metro, rodeada de gente y no sabía qué podría haberle dicho en nuestra primera conversación con voz. Le colgué, pero se lo expliqué. Ese sábado me iba de cena con unos amigos y bueno, digamos que el domingo no estaba muy fina. Entre la resaca y lo que me pasó por la mañana estaba bastante enfadada con el mundo. Pero él me volvió a llamar y esta vez le cogí. Estuvimos un rato hablando y durante ese rato me olvidé de los otros asuntos que me reconcomían la cabeza. Me ayudó a que no le diera importancia a lo otro y a pasar un buen rato.

Esa semana hablamos todos los días, primero chateábamos en el wassup un rato y luego me llamaba. Hablábamos una hora o una hora y media, hasta que me daban las tantas y me tenía que ir a dormir. Me envió fotos, pero yo no le envíe nada. Me decía que no quería, que estaba muy bien conmigo y que no quería verme en persona para no estropear eso. Estupendo, me dije, un chico majo, se puede hablar con él, no está buscando una cara bonita para pasar el rato. Un amigo.


El viernes llegué tarde a casa de trabajar, bastante agobiada. Estaba ya en modo pijama y sofá cuando me propuso que por qué no cenábamos juntos. Acepté. Me encantan los planes espontáneos. Y quedamos. Estaba supernerviosa, pero tampoco tanto. Me había dicho que nos caíamos muy bien como amigos, así que en principio: riesgo cero. Cenamos, hablamos, tomamos unos vinos, unas copas y cuando me quise dar cuenta me besó. Yo flipando, es la palabra. Me ha pasado un par de veces, será que no veo las señales. Lo primero que pienso es: "vaya, llevo un rato hablando y no me ha escuchado nada de nada", luego me digo: "qué coño!, me gusta, a por ello!". Nos besamos bastante esa noche, como críos y cuando se estaba terminando me preguntó que qué quería hacer. Y le dije que sí, que ir a su casa.


Estuvo muy bien, a pesar de lo bebida que estaba. No usó protección. Eso me preocupó, pero estaba en los últimos días de la regla, se supone que el riesgo es mínimo. En el baño de su casa, frente al espejo, me decía: "¿en qué te estas metiendo? No puedes correr riesgos como este. No puedes dejarte llevar por mucho que te guste". Y me gustaba. Un chico maduro, con la cabeza bien puesta, eso no se ve todos los días. A la mañana siguiente me acercó al metro e hice le paseo de la vergüenza a casa. Estaba muy desconcertada. Habíamos hablado durante horas la semana anterior y ahora esto. ¿Qué iba a pasar?


Quedamos varias veces esa semana, un día me quedé a dormir en su casa y me preparó la cena y me trajo el desayuno al día siguiente, un cielo. Pero la dinámica había cambiado. En lugar de hablar durante horas quedábamos y teníamos sexo y luego un café, o un café y luego sexo. Echaba de menos el hablar como amigos, pero bueno, teníamos otras cosas.

Un viernes tuve otra comida, esta vez con compañeros de trabajo. Nunca sé cómo terminan estas cosas, porque cuando tengo ganas de fiesta todos se van a casa. Y otras veces, a pesar de haber fiesta me acabo agobiando y me voy yo sola. Esta vez estaba animada, pero le dije a este chico que si la fiesta acababa pronto igual le daría un toque. La fiesta no acabó, terminé animándome y nos dieron las tantas cantando en un karaoke. Al día siguiente le mandé un guiño por el wassup para ver qué estaba haciendo, pero estaba mosqueado. Parece ser que había quedado con él y lo había plantado. Tan convencido estaba que tuve que releer los mensajes. Pues no, le había dicho que igual le llamaba. Esa debió ser la primera pista.

También me dijo que siempre era él el que escribía primero. Le dije que yo me sentía una tonta cuando escribía y no me contestaban, pero él me dijo que no lo pensara tanto, que si me apetecía que lo hiciera. Que él me contestaba. Le creí.

Seguimos otra semana más o menos igual. Pero el finde me tenía que ir. Tenía una despedida de soltera y no podía faltar, yo llevaba en mi coche a casi la mitad de las integrantes. Me dijo, medio en broma, que cuidado, que no conociera a nadie porque ya estaba él aquí esperándome. A estas alturas ya había bromeado sobre que estábamos muy bien juntos y a ver si esto iba a ser algo más, a ver si iba a acabar enamorándome de él. Yo le quitaba importancia bromeando también, pero empecé a pensarlo un poco en serio.


El finde de la despedida ni hablamos, ni un mensaje de qué tal, si había llegado bien o no. El domingo a mediodía sí intercambiamos mensajes, no recuerdo quien empezó, creo que yo, pero casi de lo único que hablamos fue del dinero que había ganado en el poker online. Estaba muy excitado. Vale, me dije, no pasa nada. Ya le contaré mas adelante si me pregunta. 

Y pasamos otra semana más o menos igual. Seguía echando de menos las charlas iniciales y los mensajes que me mandaba cada día. A veces le escribía y me contestaba horas más tarde con alguna escusa como la familia, el gimnasio, el trabajo, que estaba durmiendo. No pasa nada, acepto las excusas cuando son explicadas. No teníamos nada serio así que no me debía explicaciones.


Llegó el fin de semana de San Juan, era sábado hacía muy bueno, y quedamos para comer. Creo que por insistencia mía, ya que le había medio insinuado que sólo quedábamos para el sexo, que quería hacer otras cosas. Se enfadó un poco y me recordó el par de veces que habíamos cenado y salido, incluida la vez que nos habíamos conocido ya que habíamos cenado y salido de copas.


Ese sábado fue fantástico. Comimos, nos fuimos a una terraza frente al mar a tomar algo a la tarde, hablamos mucho. Estaba muy a gusto y le dije que viniera a mi casa. Nunca he subido a nadie a mi casa, excepto aquella vez hacía un millón de años y que fue un desastre.


Le enseñé mi casa, mi desorden, mis trastos tirados por ahí, mis libros, mi dormitorio, mi cuarto desastre. En fin, le abrí mi vida privada como no se la he abierto a nadie, ni siquiera a mi familia. A la noche se fue, tenía que trabajar, pero al día siguiente a la tarde volvió a venir. Fue uno de los mejores fines de semana que he pasado en mucho tiempo.


El lunes quedamos para un café rápido, me dijo que buscaba algo más que pasarlo bien, que no estaba como para perder el tiempo. Que lo pensara, que no era un ultimátum pero que le diera alguna vuelta. Me agobié bastante. Era una decisión importante. Nunca he tenido una relación,  nunca he conectado con nadie a nivel sentimental. Solo a nivel amistad y siempre salió mal, siempre acabé dando de mí más de lo que había recibido.  Llegué a casa pensando, pero también pensando en que me iba el finde fuera otra vez. 

Antes de conocernos en persona habíamos hablado de ir juntos a Madrid. A él le apetecía un plan de ir hasta allí, ir de tapas a no-se-qué barrio, una noche de fiesta y volver, pero no tenía con quién. Yo le dije que encantada. No se creyó que lo decía en serio, sin conocerlo siquiera, pero sí, era en serio. Me encantan los planes, sobre todo si son espontáneos y algo alocados. Yo soy muy mala para planificar, pero si me proponen algo siempre me apunto. Cuando nos conocimos y me contó de sus horarios, ya vimos que era casi imposible, pero bueno, había un finde por ahí que estábamos los dos libres y le dije que si estaba interesado que lo reservara. Al acercarse la fecha me dí cuenta de que ese finde iba a haber un espectáculo en Madrid que llevaba esperando varios meses. Le dije que yo me iba sí o sí ese finde a Madrid. Que si quería venir conmigo, estupendo, pero si no, yo me iba a ir de todas formas. "Vale, déjame pensarlo, tengo que mirarlo", me dijo.


Ese lunes después de la conversación todavía no me había confirmado nada. Así que decidí sacar los billetes y la entrada y le dije que como no me había dicho nada me iba sola. Él me dijo ya sabía que no podía irse y yo lo entendí, pero me lo podía haber dicho antes, ¿no?. A estas alturas era como la pista número 27. Ni confirmaba ni negaba los planes. Dejaba correr el tiempo hasta que pasaba la hora o el día. Me preguntó que si quería que fuera a esperarme a la vuelta. Le dije que sí, pero que solo si no estaba ocupado o no tenia otros planes. Una es educada y ha vivido mucho tiempo sola. No tengo derecho a imponer mis idas y venidas a nadie. "Vale, pues no voy". Me quedé ojiplática. ¿Que había dicho esta vez? ¿En qué metí la pata? Me dice que mejor lo dejamos, que no parezco muy interesada, que me dedique a mis chicos de la aplicación y que ya quedaremos para tomar algo algún día. Una hora antes me había dicho que no me agobiara, que lo pensara, que no era un ultimátum. Reconozco que esa noche lloré. Me afectó mucho. Durante dos días no hablamos, me bloqueó el wassup "para no sufrir", según él, pero estaba en la aplicación donde nos conocimos.


Al principio pensé: "vale, le mando un mensaje el domingo cuando vuelva", luego pensé: "le mando un mensaje el viernes cuando me vaya". Al final le mandé un mensaje el miércoles. Lo estaba esperando. Al final me sonsacó y me obligó a confesar que sí, que me gustaba mucho y que quería empezar algo serio con él. "¿Ves? No era tan difícil". Sí, aunque él no lo crea, para mí fue muy difícil. Me estaba exponiendo más de lo que lo he hecho nunca, le estaba dejando entrar donde nadie había entrado. Le estaba abriendo mi corazón. Estaba acojonada porque le estaba dando todo el poder sobre mi, para quererme, pero también para pisotearme.


Nos vimos el jueves e hicimos las paces.


Me fui el viernes. Le mandé un mensaje desde el autobús comentando que ya estaba en camino, él estaba de paseo con su padre. Vale. A la noche le mandé otro mensaje para decirle que le echaba de menos. Nada. Le mandé un mensaje el sábado a mediodía ya que no sabia nada de él y me dice que a la noche estuvo enfermo. Vale. Podía haberme dicho algo al ver mi mensaje al día siguiente, pero nada, tuve que enviarle yo un mensaje cuando ya estaba cansada de no saber nada. Pista numero 48. El sábado antes de entrar al espectáculo estuvimos hablando. Todo muy bien. Hasta bromeó sobre que si me portaba bien igual iría a esperarme al día siguiente cuando volviera. Se me acabó la batería del móvil y no pude contestarle a su mensaje de la noche. Tengo que confesar que no me apetecía encender el móvil luego, cuando lo puse a cargar. Total, me iba a hacer algo parecido a lo de la noche anterior. Además había estado todo el tiempo despreciando el espectáculo que iba a ver, en lugar de interesarse por él. El domingo intercambianos unos mensajes mientras estaba desayunado, pero le dije que me tenia que ir que tenia que entrar en el museo, asi literal. No preguntó ni en qué museo estaba ni lo que iba a ver. Sin noticias desde entonces, me monto en el autobús a la tarde y sin noticias, le mando un mensaje para ver si finalmente se animaba a ir a buscarme y durante un rato sin noticias. Más tarde contesta que no va a poder, que está en el hospital con un pariente. Lo entiendo, Pero podía haberme dicho algo. No habíamos quedado en serio pero habíamos hablado de vernos a mi vuelta. Si no iba venir podía habérmelo comentado. Pista número 57.

En toda la semana no nos vimos. Yo no propuse quedar ningún día y él tampoco, además de que nuestro horarios laborables tampoco acompañaban mucho.

El viernes trabajaba de noche y me propuso un plan, venir a mi casa el sábado de madrugada, cuando saliera. Genial. Me pareció muy bien, aunque me prometió hacerme cosas que luego no hizo. El sábado a la mañana le dejé durmiendo y me vine al ordenador, por pasar el rato. Estaba muy contenta y feliz. Allí, en el cuarto de al lado había un chico en mi cama. Esto prometía. Me permití fantasear un poco sobre el futuro y a dónde nos llevaría todo esto. Había hablado varias veces sobre el futuro, medio en broma, sobre vivir juntos, sobre ir de vacaciones, pasar las navidades juntos, incluso sobre dejarme embarazada en un descuido y tener un crío, cosa que no me hacía mucha gracia, por cierto, pero me estaba ilusionando. A mediodía se marcha y me dice que igual repite la noche siguiente. Estupendo. A las seis de la mañana yo estaba ya esperando toda expectante pero me manda un mensaje diciendo que está muy cansado y que se va a casa. "Luego, cuando me levante, te llamo y tomamos algo a la tarde". 

Domingo a mediodía sin noticias. Bueno, estará durmiendo. Domingo a la tarde sin noticias. Le mando un mensaje. Quedo con mi hermana, le tenía que dar unas cosas, y miro el móvil cada 5 minutos. Sin noticias. Domingo a la noche. "¿Te ha pasado algo? Estoy preocupada".  Estaba en el hospital y se había dejado el móvil en casa. Vale. Me sentí fatal todo el día, porque no me gusta ser tan dependiente de una persona, sobre todo si me está ignorando.

El lunes él tenía libre y habíamos hablado de ir a la playa cuando saliera yo de trabajar. El domingo, por lo del hospital, le pregunté si se anulaba el plan. "No, no se anula. Mañana playa". A las tres de la tarde le mando un mensaje y me dice que está en casa, que hace mucho calor. Claro, el plan era ir a la playa porque hacía bueno. Le convenzco para ir y encontrarnos allí, pero justo hay un atasco impresionante y se cabrea bastante. Siempre me pasa. Cuando yo propongo los planes siempre hay algo que sale mal y me siento fatal. Pero quedamos, tomamos algo, vamos a su casa y finalmente me acerca a la mía. Quedamos para ir a la playa al día siguiente.

El martes sobre las tres le vuelvo a preguntar dónde está, si ya ha llegado. Estaba durmiendo y se iba al gimnasio. Me fui a la playa sola. Esto empezaba a mosquearme.  Me dijo que luego me llamaba. Sinceramente no le creí. Y me olvidé completamente. El sol me da dolor de cabeza y estaba hecha polvo a la tarde. Pues sí me llamó, pero no me enteré. Había dejado el móvil en el bolso en la entrada y no oí ni sentí su llamada. Cuando lo vi era bastante tarde. Y se mosqueó porque no le cogí. Traté de explicarme pero no sé si me creyó. 

Quedamos al día siguiente y hablamos de ir el sábado a las fiestas. Llegó el sábado. Sin noticias nuevamente. Le mando un mensaje tardío y me dice que está de nuevo en el hospital. "Gracias por el aviso",  fueron las palabras que no pronuncié. Ese finde acabé en casa sola, sin noticias suyas y sin quedar con nadie. 

Lo del hospital lo entiendo, al fin ya al cabo es un pariente, y cuando me decía que estaba o que había ido al hospital me sentía fatal. Es un momento de estar con la familia y allí estaba yo, mandando mensajes y quejándome por dentro porque no me hacía caso. Pero otras veces, que yo suponía que estaría fatal o con su familia, me decía que estaba en el gimnasio, o de compras, o en la playa o tomando algo. Esas otras veces me crispaban por dentro un poco. Yo conteniéndome por darle espacio con su familia en estos momentos duros y él en el gimnasio o en la playa, cuando no había sido capaz de haber ido conmigo ningún día.

El domingo a la noche nos vimos, cenamos y me quedé en su casa. El lunes vino a mi casa. Bromeó sobre quedar el martes más pronto para que le hiciera la cena y por una vez cocinara yo algo. "Sobre las siete" me dijo. A las siete y cuarto le mando un mensaje. "¿Habíamos quedado? Se me había olvidado" me contesta. Me acerqué a su casa mas tarde. 

El miércoles tomamos algo a la tarde y comentamos el plan del jueves. "Tenemos que ir de pintxo-pote" me dijo una vez. "¿Cuando?, el viernes me voy fuera", le dije yo. "Pues el jueves". El miércoles volvimos a comentarlo y me dijo algo como que tocaba pintxo-pote y que iba a quedar con su padre. Yo le dije que tenía que madrugar el viernes y que luego tenía viaje, que no podía trasnochar.  No quedamos en nada. Supuse que se había vuelto a olvidar y que se iba a ir con su padre. Le mandé un mensaje de buenas noches cuando me fui a dormir pero no me contestó. Pensé que estaba a tope de trabajo.

El jueves sigo sin mensajes. Ni buenas noches, ni buenos días. Las cinco y media de la tarde y sin noticias. Le mando un mensaje y sin respuesta. Ya no sabía qué hacer. Le había dicho muchas veces que eso no me gustaba. Que me sentía imbécil escribiendo mensajes sin respuesta, que si iba anular los planes que me avisara. Pero nada. Una vez mas sin noticias. Me fui de compras, pero me acabé aburriendo y comiendo el coco con el mismo pensamiento una y otra vez. Así que a las seis y media llamé a un amigo para tomar un café. 

Tengo que explicar algo de mi amigo. Le conocí el año pasado y estuvimos tonteando una temporada hasta que al final nos enrollamos. Lo hicimos dos veces. Y luego nada. Quedábamos de vez en cuando para tomar algo y charlar, pero como él no tiene casa (vive con sus padres) y yo no le traía a la mía, pues nada. Nos quedábamos con las ganas. Pero al final hasta eso se fue acabando. Yo le insinuaba que podíamos quedar cuando quisiera, pero él me decía que cuando quisiera yo, que era la que tenía un horario de trabajo horrible. Le tocaba cuidar a su hijo un finde sí y otro no. El finde que no le tocaba no tenía noticias suyas, y sin embargo cuando tenía al niño me mandaba mensajes para quejarse en general de que con el niño "no había forma de echar un polvo". Yo también quedé alguna vez con él cuando le tocaba niño y les veía a los dos, creo que estaba evitando que se diera la situación de estar solos y sin impedimentos. De hecho cuando hablábamos siempre salía el tema de que cuando uno tiene ganas de hacerlo encuentra el medio como sea. Y nosotros llevábamos meses sin concretar nada. Parecía que no había nada ya, que lo nuestro había evolucionado a colegas que toman algo y se cuentan sus aventuras, tanto laborables como amorosas.

Pues quedé con ese chico. Por mensaje le había dicho que estaba viendo a alguien. Y me pareció un buen amigo a quien contárselo. No forma parte de mi vida privada, ni familiar ni laboral, así que le podía contar cualquier cosa sin peligro de que luego se supiera. Soy muy celosa de mi intimidad. Así que le propuse un café, esta vez solo como amigos de verdad, sin ningún tipo de expectativa. Le hablé sobre el chico con el que salía. Se alegró por mí. Y también me dijo algo que me hizo pensar. Hablando de las vacaciones le comenté que este chico me había invitado a una casa que había alquilado en verano. Pero le dije que todavía no lo veía claro, que ya había anulado otros planes y que no habíamos concretado nada. Iban a ir también unos días su padre y su hermano y no era plan de coincidir allí con ellos. Seguro que al final no iría. Y mi amigo me dijo: "Si realmente quiere estar contigo ya habría organizado todas las fechas y concretado para que fueras". Traté de excusarlo diciendo que todavía no estábamos en ese punto. Pero fue algo que me hizo pensar.

Mientras estaba con mi amigo me mandó un mensaje. Se acababa de despertar y se iba al gimnasio. A ver si nos veíamos luego, a las diez de la noche. ¿Me estaba tomando el pelo? Casi 20 horas sin saber nada de él, finalmente me dice que está ocupado, ninguna mención al posible plan que habíamos hablado y encima me dice de quedar a la noche cuando yo le había dicho que tenía que dormir porque al día siguiente tenía un viaje de 4 horas y media en coche. Así que le dije que no, que no iba a quedar, que tenía que irme pronto a la cama y que luego hablaríamos. Y volví con mi amigo y nos tomamos otro café.

Cuando llegué a casa le mande un mensaje y le comenté que había estado tomando café con mi amigo. Todo se fue a la mierda en ese momento. "Me has traicionado. No esperaba esto de ti". Flipando, en este caso en sentido negativo. "Habíamos quedado y me has ignorado. Y estabas con él". "Es un amigo, solo un amigo, le conté que estoy contigo". "Se acabó, quédate con él". "No quiero quedarme con él. Quiero estar contigo". "Me has traicionado, sabiendo mi historia. Me has hecho lo mismo que las otras". "No es lo mismo, es un amigo, hemos tomado café, no hay nada, no es nadie, me importas tú". Nada, no me quería escuchar. Le llamé, pero me colgó. Le dije que viniera a mi casa, que habláramos. No quiso. Le dije que iba a su casa. Tampoco quiso. "Pásalo bien este fin de semana. Vete con tu chico. Ya hablaremos". No había forma de que entrara en razón. Me quedé hasta la una y media mandando mensajes hasta que acabé agotada. Estaba angustiada. No podía hablar con él. No quería escucharme. No me creía. No quería saber nada de mí.

Al día siguiente volví a intentarlo, pensando que se habría calmado, pero no. Seguía igual. Le dije que me iría del trabajo, que no me importaba salir de la oficina e ir a verle, que él era más importante. Pero no quiso. Con lo bien que estábamos y lo que conocía de mí, ¿cómo es posible que pudiera pensar eso de mí y acusarme así? ¿Cómo podía pensar que me iba a ir con otro teniéndole a él? No me conocía nada. Quise verle antes de irme de viaje. Quise que quedáramos para contarle sobre mí, sobre mi vida, sobre mis experiencias, sobre las cosas que me habían pasado en el pasado, para que entendiera que yo nunca haría lo que me estaba acusando de haber hecho. Pero no me quiso escuchar, seguía en su idea y nada le hacía cambiar o reflexionar. Quise contarle cosas que nunca le había contado a nadie, porque me importaba, porque quería que me conociera y viera que no soy como se estaba imaginando. Pero no me dio la oportunidad.

A la tarde cogí el coche y me fui de viaje, a la boda. Pensé mucho, tuve muchas conversaciones imaginarias con él, pensando en lo que quería decirle, en contarle toda mi historia para que entendiera y tuve monólogos larguísimos conmigo misma. Por un lado el viaje y la boda me vinieron bien. Consiguieron que cambiara de aires, que me distrajera, que pensara las cosas más fríamente, que pusiera distancia, tanto física como emocional. Le mandé varios mensajes diciéndole que le echaba de menos. No me contestó a ninguno.

El lunes por la mañana por fin me contestó. Pero no iba a cambiar de idea. No había nada que hacer. Entonces fue cuando me cabreé yo de verdad. Ahora era yo la que se sentía traicionada. Se supone que estábamos empezando algo serio y no quería ni escucharme. Mi traición había sido infinita. Cómo es posible que hubiera quedado con ese chico sabiendo que quería acostarse conmigo, cómo es posible que le hubiera ignorado por él, cómo es posible si teníamos planes, si habíamos quedado.

Perdona, pero no habíamos quedado. Una vez mas, habíamos hecho medio planes y no habíamos confirmado nada. No le había ignorado, solo me había hecho un plan alternativo para no pensar una y otra vez en por qué él me estaba ignorando a mí. Y sí, puedo quedar con un chico cuando quiera si es para tomar un café y charlar. No tengo que pedir permiso a nadie. Le dije que habría aceptado que me dijera que no le había gustado que quedara con él, y habría estado en mi derecho de aceptar no volver a verlo o sí, si me pedía que no lo viera más. Pero lo que ya no soporté es el numerito de berrinche de niño pequeño. Ya no me iba a humillar más a mí misma, ni a arrastrarme, ni a pedir más disculpas cuando no había hecho nada malo.

Teníamos algo que se supone que iba para adelante y él lo ha estropeado en cuestión de minutos con una rabieta infantil sin sentido. Entre más vueltas le doy más convencida estoy de que no he hecho nada y que no es mi culpa. Con el tiempo incluso estoy pensando que estas cosas ha sido mejor que haya salido al inicio y no haber esperado hasta estar en una relación de verdad que habría sido mucho mas dura de romper. 

Me da pena que todo haya acabado por esta tontería. Teníamos muchos más motivos para romper con el tiempo, pero no hemos tenido la oportunidad de ver si los habríamos superado o no: su falta de compromiso para conmigo, que me hacía sentir que no importaba nada en su vida, su obsesión por el gimnasio y la comida, el hablar continuamente del dinero o del trabajo, el no preguntarme nada a mí, y no intentar conocerme, dando por hecho que lo que él suponía de mi era la verdad absoluta, su falta de interés e incluso desdén por mis aficiones, de las cuales no ha llegado a conocer ni una pequeña parte, lo diferentes que somos en cuanto a ir de viaje y conocer sitios nuevos (él es de terracitas y cañas, y yo soy de patear las calles, ver museos y ruinas), su insistencia en que no me cuidaba, que me pusiera más vestidos, que me maquillara y que me tiñiera el pelo para que no se me vieran las canas, el que no me considerara una amiga ya que conmigo no querría hablar de cosas tristes. En fin, había muchos motivos para que el tiempo hubiera puesto fin a nuestra relación y supongo que él tendrá una lista parecida sobre mí. Pero no le dio ni una oportunidad.

Tuvimos momentos buenos. En la cama era genial, aunque me dijo que se cortaba conmigo. Yo le decía que me hiciera lo que quisiera, pero no llegó a soltarse. Sí que es verdad que el no usar protección me daba bastante miedo. Una vez tuve que tomar la píldora del día después, y eso no es una tontería. Pero me compensaba con la parte buena. Me gustaba acariciarle y abrazarle cuando estábamos tumbados. Me encantaba abrazarle por detrás y apoyar mi frente en su espalda desnuda y acurrucarme. Me gustaba incluso oír su respiración y sentir su aliento en la nuca o en la frente. Es algo que nunca he soportado, la respiración de otra persona y mucho menos su aliento, el soplo de aire en mi cara o en mi hombro. Con él estaba a gusto así. Lo pensé una noche y me dije: "esto es especial, si no me molesta y estoy a gusto así, tiene que significar algo". Y cuando charlábamos y me contaba de su familia y lo mucho que quería a su padre, lo mucho que admiraba a su hermano. Y lo orgulloso que estaba de su trabajo, que todos le tenían mucho respeto y en mucha estima. Cuando me hablaba de su ex y de lo que había sufrido, y me daban ganas de abrazarle y consolarle, aunque nunca lo hice, soy muy tímida y poco expresiva. Y de sus muchas amigas, que me hacían sentir celosa por dentro, pero nunca dije nada. Y lo mucho que quiere a sus perros, sobre todo al pequiñin que vive con él. Es la primera vez que dejo que un perro juegue conmigo, se me suba y acurruque en el regazo, que me coja la mano con los dientes a modo de juego, que me chupe la cara y yo que lo achuche y acaricie y le dija tonterías como a los niños pequeños, me estaba cambiando. Me llevo esos recuerdos.

A mí me ha costado muchos años salir de mi zona de confort y de mi aislamiento y empezar a conocer gente. Me lo propuse hace un año y bueno, he conocido a varios chicos.  Pero nunca hubo nada serio con nadie. Él me llegó al corazón, me empujó un poco más, prometiendo que me daría la mano y me acompañaría. Pero en cuestión de minutos lo estropeó todo, me sotó al borde del precipicio y me empujó.

Ayer me decía que aunque no le creyera me tenía cariño. Le dije que efectivamente no le creía. Que si alguien te traiciona como se supone que lo he hecho yo, no le tienes cariño. Me decía que sí, que él si podía. Le dije que si tienes cariño a alguien no le haces lo que me ha hecho a mí, ni le tratas como me ha tratado a mí. Me llamó boba, que es lo que siempre decía cuando parecía que exageraba o que algo no era como yo decía. Hoy me ha vuelto a escribir para decirme que ya quedaremos algún día para tomar algo. "Cuando quieras" (soy educada y ya no tengo fuerzas para replicar y entrar en otra discusión, acepto lo que hay). "Vale, pues te aviso". Es lo que se dice para quedar bien cuando no vas a volver a ver a una persona. 

Sigo muy cabreada. Me dan ganas de llamar a alguien y salir, emborracharme, enrollarme y no pensar. Pero luego me digo que lo voy a hacer por despecho y tampoco quiero. Yo quería estar con él. Pero no me ha dado ni una oportunidad. No ha confiado nada en mí, y yo no le he dado ningún motivo para nada.  No ha querido ni escucharme, ni verme en persona,

Pues nada. Se acabó. No sé si volveré a verle. Ahora me parece todo un espejismo, un sueño, como si no hubiera pasado en realidad. Es todo tan irreal y surrealista...

He pensado que igual le mando el enlace a este post. Para que conozca mi versión de la historia. No es para nada su versión, pero es lo que yo he vivido y cómo me he sentido todo este tiempo. Quizá no llegaría a leerlo, es mucha letra. O quizá lo leyera, pero sería tan diferente de su versión que diría que hemos vivido dos historias paralelas. O quizá no creyera nada de lo que escribo aquí, total, tampoco me ha creído antes.

A ratos pienso que lo he vuelto a hacer, he vuelto a ser una chica de transición. Me he relacionado con alguien que no estaba preparado, que estaba pasando una situación de ruptura, que aparecí yo, le entretuve durante un tiempo y luego me dio la patada. Lo mismo que me ha pasada unas cuantas veces más y que me prometí a mí misma que no lo volvería a permitir. 

Me hizo creer que era alguien especial, pero a la mínima me da la espalda. Parece que le he hecho algo malo a alguien en otra vida porque el karma me lleva siempre a la misma situación. Soy tonta, soy crédula. En cuanto alguien me dice dos palabras bonitas le creo y luego me doy el batacazo.

Lo que más miedo me da es que acabe deprimida y de vuelta a mi aislamiento. No debo permitirlo. Debo superarlo y seguir adelante. Conocer más gente, amigos, amantes o lo que sea, pero no debo perderme en esta espiral de pensar y pensar si pude haber hecho algo diferente o no, si fue culpa mía o no. No puedo hacer eso. 

Así que para finalizar, estoy libre otra vez. A ver si me vuelven las ganas de conocer a alguien y espero que estas experiencias no impidan que si aparece ese alguien especial no pueda reconocerlo. No voy buscándolo y tampoco espero encontrarlo. Pero si apareciera no quiero perdérmelo sólo porque algunas personas en mi vida hayan jugado conmigo.

(2018/07/29)
Soy una imbécil. Ayer vino a mi casa, yo estaba enfadada pero no quería demostrarlo, quería superarlo, aunque se me escapaba mi lado borde cada pocos segundos. "Podemos ser amigos ¿no?", me dijo. Claro. Hasta que me besó por sorpresa, me arrolló y me sujetó fuerte y no paró de besarse. Pasamos casi dos horas en la cama. Amigos. No sé qué va  pasar.

(2019/10/22)
Me reitero, soy gilipollas. Un año y pico después y no ha cambiado nada. Nos acabamos de mandar mutuamente a la mierda, literal. Lo que más me ha dolido es que dice que soy posesiva. Yo, que he pasado el verano sola, los fines de semana sola, los puentes, las vacaciones, las noches, sola. Que hemos salido a cenar dos veces en lo que va de año, que me sobran los dedos de una mano contando las noches que hemos dormido juntos, que nuestra media de encuentros en la cama es de uno al mes. Que le he pedido dos favores personales en todo este tiempo, dos, y en las dos ocasiones me ha fallado porque literalmente no le apetecía, y eso después de decirme que sí. Y tiene el valor de decirme que le pido demasiado y que soy posesiva. Pues menos mal, porque si llego a ser normal entonces no nos habríamos visto nunca. Se acabó. He borrado todo rastro de su presencia en mi vida. He roto en pedacitos el papel donde tenía anotado su número. Al final le he mandado el enlace a este post, pero no lo ha leído ni lo va a leer.
Es hora de cambiar el foco y centrarme en cosas que merezcan la pena y dejar de perder las energías en algo inútil. Este tema está zanjado y no volveré a hablar de él nunca más.





miércoles, 25 de julio de 2018

FRANKIE DRAKE MISTERIES (TV)(2017-)

SINOPSIS
Ambientada en los años 20 en Toronto, sigue a las primeras detectives privadas femeninas de la ciudad y como resuelven casos complicados que la policía no se atreve a tocar. (FILMAFFINITY)

OPINIÓN
Inofensiva serie procedimental sobre una detective y sus compañeras. En cada capítulo van saliendo personajes famosos de la época. Para pasar el rato

sábado, 14 de julio de 2018

WINCHESTER: LA CASA QUE CONSTRUYERON LOS ESPIRITUS (2018)

SINOPSIS
Basada en la historia de la mansión Winchester, situada en California, a 50 millas de San Francisco. Este edificio victoriano fue construido por la heredera del creador de los rifles Winchester, Sarah Winchester (Helen Mirren), y su convicción de que los fantasmas la acosaban le llevó a construir más de 160 habitaciones, con escaleras que no llevaban a ninguna parte y puertas que al abrirse descubrían un muro... Todo con la intención de esquivar a los seres del otro mundo. (FILMAFFINITY)

OPINIÓN
A los diez minutos de empezar ya estaba cansada de los sustos fáciles, la música alta en los momentos de tensión y lo simplón que parecía todo incluido los elementos fantásticos. La he dejado,

TOMB RAIDER: LAS AVENTURAS DE LARA CROFT (2018)

SINOPSIS
Lara Croft, la independiente hija de un excéntrico aventurero que desapareció cuando ella era apenas una adolescente, se ha convertido en una joven de 21 años sin ningún propósito en la vida. Se abre paso por las caóticas calles del East London, el barrio de moda, como mensajera en bicicleta, un trabajo que apenas le da para pagar el alquiler. Decidida a forjar su propio camino, se niega a tomar las riendas del imperio empresarial de su padre, con la misma firmeza que se niega a reconocer que él se ha ido para siempre. Un día Lara decide dejar atrás todo e ir en busca del último paradero conocido de su padre: una legendaria tumba en una isla mítica que podría estar en algún lugar de la costa de Japón... Nueva película basada en la saga de videojuegos "Tomb Raider". (FILMAFFINITY)

OPINIÓN
Bueno, a la mitad o antes la he dejado. Aburrida para los que buscamos algo más que escenas de videojuegos

THE TERROR (TV)(2018-)

SINOPSIS
En el año 1847, un equipo de expedición de la Marina Real británica es enviado al Ártico, en busca del Paso del Noroeste. Pero una vez allí es atacado por un misterioso depredador que acecha a los barcos y a sus tripulaciones en un juego desesperado de incertidumbre y supervivencia (FILMAFFINITY)

OPINIÓN
Leí el libro y me encantó, a pesar de ser bastante largo y tedioso en algunas partes. Un vez finalizado deja muy buen sabor de boca. Con la serie pasa lo mismo. En algunos momentos es larga y aburrida pero en otros está llena de emoción o acción. Al finalizar el visionado me quedo con la idea de que es una buena serie. Y muy fiel al libro, (me temía lo peor)

  

THE TERROR: INFAMY

SINOPSIS
Ambientada durante la Segunda Guerra Mundial, la serie se centra en una serie de extraños y terribles acontecimientos que tuvieron lugar en una comunidad norteamericana de origen japonés, y en la aventura que protagoniza un hombre para entender y combatir a la malévola entidad responsable de los hechos. (FILMAFFINITY)  

OPINIÓN
La he visto a continuación de "Folklore" por lo que la temática de los fantasmas orientales ha seguido. No me he enterado de la mitad porque hablaban mucho en japonés y no tenía subtítulos. Pero en general ha estado bien. Mostrando un contexto de la segunda guerra mundial que quizá muchos no conocían.

lunes, 9 de julio de 2018

LA TRAVESIA (THE CROSSING) (TV)(2018)

SINOPSIS
Refugiados de un país en guerra empiezan a buscar asilo en un pueblo americano. El único problema es que esta gente es americana y la guerra de la que huyen es de 250 años en el futuro. El sheriff local, un agente federal y una madre que busca a su hija refugiada son el centro de esta alegoría. (FILMAFFINITY)

OPINIÓN
Bastante pobre y con un guión que no se sostiene. Se deja ver pero poco mas. No engancha para nada. Y dejan todo sin explicar.

domingo, 8 de julio de 2018

THE LOVERS (2017)

SINOPSIS
Mary y Michael forman un matrimonio de mediana edad que tras años de rutina ambos tienen un amante, y parecen aceptarlo en silencio. Pero un día todo cambia y se vuelven a enamorar. (FILMAFFINITY)

OPINIÓN
Me ha encantado, por su sencillez y su forma de contar las cosas. Cómo los pequeños detalles van cambiando poco a poco. Y la pareja vuelve a enamorarse sin que lo hubieran planeado.

NOTA: 7

sábado, 7 de julio de 2018

MARY KILLS PEOPLE (TV)(2017-)

SINOPSIS
Una doctora de urgencias trabaja de noche como médico que ayuda a enfermos terminales a acabar con sus vidas en esta oscura comedia dramática. (FILMAFFINITY)

OPINIÓN
Una serie sobre una médica poco convecional que se dedica a ofrecer a eutanasia a enfermos terminales, en un país donde es ilegal. Y crea una extraña relación con el policía que tiene que investigarla. Ha estado bien. Cortita, pero interesante.