Tom aún sigue creyendo, incluso en este cínico mundo moderno, en la noción de un amor transformador, predestinado por el cosmos y que golpea como un rayo sólo una vez. Summer no cree lo mismo, para nada. La mecha se enciende desde el primer día, cuando Tom, un arquitecto en ciernes convertido en un sensiblero escritor de tarjetas de felicitación, se encuentra con Summer, la bella y fresca nueva secretaria de su jefe. Aunque aparentemente está fuera de su alcance, Tom pronto descubre que tienen un montón de cosas en común. La historia de Tom y Summer cubre desde el enamoramiento, las citas y el sexo hasta la separación, las recriminaciones y la redención, todo lo cual se suma al caleidoscópico retrato del porqué y el cómo seguimos esforzándonos de modo tan risible y rastrero para encontrar sentido al amor… y esperar convertirlo en realidad. (FILMAFFINITY)
OPINIÓN
La ví hace mucho tiempo y me encantó. Hace poco leí un artículo sobre ella, sobre que no es un historia romántica, sino sobre espectativas, y quería volver a revisarla. Y sí, es sobre espectativas. Sobre que en la etapa del enamoramiento no ves a la otra persona, solo ves lo que quieres ver de ella. Y aunque te esté dando signos claros no los quieres ver o los escusas. Creo que mucha gente ha pasado por eso y luego no se explica por qué acaban sus relaciones, 'si todo iba tan bien'. Hay que conocer a la pareja por lo que es, no por lo que queremos que sea.
Justo ayer me escribió mi ex. Y estaba preparándole una mega respuesta explicando todo esto. Pero al final me rajé. Por mucha expectativa que hubiera puesto o que intente poner ahora, él no se da cuenta, vive en su mundo y no ve los signos o no ha querido verlos. Para él todo iba bien y para mí todo iba mal. Él encontraba fácil solución a todo y yo estaba en un pozo sin fondo. Donde no hay no hay y hay que ser realistas y abrir los ojos, por mucho que duela.
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