Amelia está a punto de casarse con alguien que pertenece a una de las familias más ricas de Nantucket. Pero cuando aparece un cadáver el día de su boda, de repente todo el mundo es sospechoso. (FILMAFFINITY)
OPINIÓN
Vemos una fiesta de preboda y en un salto un interrogatorio a personas traumatizadas por un asesinato. El asesinato es de uno de los personajes y poco a poco van desgranando su relación con el resto y las miserias de cada uno. Todos tienen motivos y casi todos la oportunidad. No está mal. Lo mejor la criada snob cuando habla de algunas invitadas: "Se friega su propio vaso, es como si alguien fuera y le quitara su trabajo. Son pobres".
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