Irene, una mujer guapa y soltera, trabaja como crítico de hoteles de lujo. Viaja sola constantemente, escribiendo informes muy detallados sobre todos los fallos del personal. Dedicada a controlar los horarios del servicio de habitaciones, tomar la temperatura del vino blanco, medir niveles de polvo, sus viajes no resultan muy relajantes, y su vida personal es casi inexistente, excepto por su larga amistad con Andrea, un guapo proveedor de comida ecológica. (FILMAFFINITY)
OPINIÓN
Al principio me llamó la atención para ver si me sentía identificada con la protagonista. Yo también estoy sola a mis 40 años, tengo sobrinos a los que de vez en cuando malcrío y suelo viajar sola y alojarme sola en los hoteles. Pero creo que ahí acaba toda similitud. No tengo el mejor-amigo-ex-novio como ella y no tengo la soltura para moverme sola por el mundo. De todas formas la película ha sido interesante, sobre todo el descubrir el 'mundo' de los inspectores de hoteles. Una de las cosas con las que sí me he identificado es que en este punto de mi vida, mi trabajo es lo más importante. Cuando llego a casa no hay nada que me espere o me conmueva. Y de vez en cuando tengo mis dudas sobre si este tipo de vida es lo que realmente quiero. Pero al poco se me pasan y me digo que sí, que estoy bien, como a la protagonista. Te dan bajones y crisis de vez en cuando, pero una se recupera y la vida continúa.
NOTA: 6
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