SINOPSISEn esta segunda parte, el buscador de tesoros Ben Gates (Cage) se ve de nuevo envuelto en una increíble aventura en la que se relacionan capítulos desconocidos de la historia con tesoros ocultos. Cuando una página del diario de John Wilkes Booth, el asesino de Abraham Lincoln, sale a la luz, el tatarabuelo de Ben se ve implicado como el principal conspirador del magnicidio. Decidido a probar la inocencia de su ancestro, Ben y su equipo emprenden un viaje para intentar descubrir uno de los tesoros más buscados del mundo.
(FILMAFFINITY)
OPINIÓN PERSONAL
Demasiado tontorrona y sencilla en las premisas. No sé si tacharla de ingenua o realmente nos quieren tomar el pelo. Como ocurría con la primera parte, es una apología del americanismo, intentando contar que también ellos tienen sociedades secretas e historias y tesoros ocultos, no sólo en Europa, Asia y África existen de esas cosas. Lo malo es que para tratar de explicarse acaban con un batiburrillo de ideas que no pertenecen a ninguna cultura e historia (como han hecho siempre los americanos, al final lo mezclan todo y lo hacen propio, pero la mezcla no sale ni un poco elegante y bien realizada).
En fin, sólo sirve para pasar el rato, darse un paseo por París (vaya con los polis simpáticos, ya me gustaría que en realidad fueran así), La casa Blanca, el palacio de Buckingham (como si fuera tan fácil) y el Monte Rushmore (lo mejor es el paisaje donde se rodaron estas escenas, no sé si será Rushmore de verdad, pero es muy bonito). Si todo fuera tan fácil como en la peli...
No dejo de compararla con Indiana Jones (será porque está apunto de estrenarse la próxima peli) y siempre sale perdiendo. En Indiana la historia es más o menos creíble, y en el guión se reían 'con' nosotros (planteando las paradojas como situaciones irónicas), no 'de' nosotros (contando historias como si fuésemos tontos)
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